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​Déjame presentarme:

Mi nombre es Joaquín Martínez Albán y soy un loco amante del progreso, la lectura y el fútbol. Déjame contarte mi historia. 

 

Nací en Quito, dónde crecí rodeado de las iglesias más bonitas y los climas bipolares. Desde pequeño me gustaron mucho los deportes, especialmente el fútbol y el velerismo. El fútbol ha sido el mayor aprendizaje sobre lealtad, constancia y también pasión. Solo la Liga de Quito tiene el poder de sacarme una lágrima. Con el velerismo, en cambio, aprendí de la preparación y la disciplina, pero sobre todo, aprendí a disfrutar del mar, del agua y del mundo.

Algunos me han dicho que estoy loco por trabajar por un Ecuador mejor. No se sí loco, pero sí profundamente apasionado por trabajar por un mejor país. Fundamentalmente, el cambio que queremos ver empieza con nuestra visión, nuestras acciones y nuestra determinación por hacerlo realidad; construir tiempos mejores empieza por volvernos la mejor versión de nosotros mismos que podamos ser. 

 

El diploma dice Economista, pero lo que más busco es poder aprender, aportar y buscar soluciones a problemas que nos dificultan la vida. ¿Dónde lo hago bien? Project management y problemas que requieran un enfoque internacional. He trabajado en textiles, minería, construcción, en el sector privado y sociedad civil. Y tener el privilegio de liderar equipos a lo largo del camino, ha sido mi gasolina y mi motivación para continuar hacia adelante. La lección más importante que me he llevado de esas experiencias es: no importa que haga uno, hay que hacerlo con pasión, disciplina y con mucho esfuerzo.

Cierro con las 5 preguntas que me encanta hacer conociendo a una persona:

 

  1. Lugar que me encantaría conocer: Tokyo

  2. Libro preferido: Enlightenment Now (Steven Pinker)

  3. Trago preferido: Aperol Spritz

  4. Líder que más admires: Barack Obama

  5. Dónde eres más feliz: en el estadio de Liga de Quito
     

Qué difícil sintetizar 23 años en algunas palabras. Por eso, Razón Celeste es mi forma de expresar mis ideas, contar mis vivencias y sobre todo, mantener viva esa llama cuyo oxígeno es continuar aprendiendo.

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